REFLEXIÓN GENERAL. Que la redes sociales se hayan convertido en "barra de bar" (mucho más ahora que no se pueden visitar, al menos como antes) en la que todos versamos opiniones de cualquier ámbito, no es ningún descubrimiento. Mucho menos lo es que nos hemos convertido en jueces "juzgadores" (pleonasmo a conciencia), con veredicto conformado, para cualquier materia e intentando condicionar el pensamiento y proceder del resto (excepto a lo que concierne a los jueces juzgadores, ya que ellos son conocedores de lo que les respecta y que "en su parcela que no se meta nadie"). Además con la alevosía de no ampararles ningún conocimiento refrendado por estudio ni otra acreditación alguna más que sus opiniones, por cierto, las mismas que sirven de escudo a la masa. Y, lo peor de todo, con la seguridad del traslado de una presión sobrevenida que, sumada a la que ejerce la susodicha masa, son acreedores de condicionar el proceder o entender del sujeto juzgado.
REFLEXIÓN PARTICULAR. Hace que ando por nuestra madre Tierra 47 años (una edad ya para tener asentados muchos criterios). Sólo por el mero hecho de autocatalogarme para mí (otro pleonasmo a conciencia, esta vez con reiteración) como eterno equivocado, hace que cada día crezca en mis ideas, en todos los ámbitos, y queden éstas asentadas en una base sólida de convencimiento. La opinión, crítica, duda o mofa de otra gente que no sea mi familia y amigos íntimos me afecta 0 y me condiciona -1.
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