domingo, 29 de diciembre de 2019

A VER EL VEINTE VEINTE


A punto de cambiar de década, en estos días finales de un convulso, en muchos aspectos, 2019 me dispongo a realizar un balance desde la dimensión planetaria hasta lo más ínfimo de la misma como puede ser lo concerniente a un servidor. 
Que el mundo está podrido es una realidad flagrante. Desde las relaciones humanas, la falta de valores, hasta cuesta ver sonreír a la gente sumida en un estado permanente de desasosiego y crispación...Nos quedamos sin vegetación, al clima lo hemos vuelto loco, animales que se extinguen, las enfermedades que nos sacuden, las guerras que no cesan, presos en la burbuja de las redes sociales, las prisas y los estreses...Por supuesto que no todo está perdido, existen esperanzas y expectativas para voltear esta espiral, la mente humana es espléndida e inimaginable hasta dónde puede llegar.
Tenía que ser una joven como Greta Thumberg quien tomara la bandera de la voz del planeta para que todos nos plantemos y le sigamos aunque le achaquen idioteces como "si no debería estar en el colegio". Ella ha tenido el arrojo, la capacidad y la personalidad suficiente para liderar un movimiento, los mismos que no han tenido ninguno de nuestros gobernantes en 25 años. Vergüenza siento de tanta palabrería y tanto acuerdo ficticio y falso, están dejando morir el planeta; a muchas Gretas hemos de agarrarnos si no queremos que irremisiblemente oteemos el ostracismo de la vida humana. 
Si bajo un poco el escalón geográfico y me centro en lo que ocurre en España, me remito a un twit de Pérez-Reverte en el que afirmaba, respecto al Congreso de los Diputados, algo así como que "es imposible juntar a más chusma en menos metros cuadrados". Que se salve el que pueda (alguno se salva, no es cuestión de generalizar aunque yo salvo la honorabilidad de muy pocos). El origen de todos los problemas existentes y los que están por venir se reducirían al 0 de haber una ley electoral justa, ya está, no habría ni un sólo problema más. En cualquier caso, preocupados hemos de estar por estas 350 mentes que nos representan.
Cómo no ha de preocuparme también el informe Pisa. Todo el mundo habla de él de forma catastrófica pero casi nadie se ha parado a analizar los valores que en el mismo se recogen respecto a los niños de otros países. Claro que es para preocuparse pero mucho más lo hemos de estar internamente por el hecho de que los contenidos académicos no sean los mismos en un colegio de Madrid, Barcelona, Alicante o Tenerife. Es otra forma de autodiscriminación. Con todo, ante tanta tiniebla en nuestro país, siempre nos quedará la luz y la energía que emana de la figura de Rafa Nadal. 
En casa, mis hijos siguen creciendo y aprendiendo con el objetivo de tener herramientas con las que enfrentarse al futuro que les espera; gracias a Dios lo hacen con salud y siempre regalándonos su mejor sonrisa.
A nivel personal puedo expresar que, aunque sigo aprovechando el tiempo y formándome todo lo que puedo, reconozco que no ha sido un buen año en lo deportivo. Bien es cierto que me llegaron propuestas interesantes, otras no tanto, para seguir entrenando pero, por imposibilidad y elección personal las decliné. La próxima temporada puede ser que lo retome y completar mi 19ª temporada como entrenador, ya veremos, y algunos retos que aún tengo pendientes aunque, ya por experiencia, en el fútbol creo que lo mejor que me queda por encontrar sea lo creado, elaborado y finalizado por mí mismo.
Entretanto seguiré siendo espectador del comportamiento humano cada vez más amparado en las excusas, la falsedad, el interés supuesto y una carencia alarmante de integridad. Los "a ver si me da tiempo", "estoy muy liado", "ya te llamaré" se han convertido en muletillas cotidianas por no mencionar el olvido transformado en silencio.
A fin de cuentas quien te estima, te quiere y te valora siempre lo hizo y quien no, tampoco nunca lo hizo, es cuestión de química o de feeling, como ahora dicen. 
Veremos cómo se presenta el veinte veinte al que para mi no pediré nada (nunca lo hice), para mi familia y amigos toda la salud que quepa en el infinito y para todos, cualquier cosa buena que se transforme en toda la felicidad posible. Sin olvidarse nadie de volar tan alto como pueda y de fluir tanto como desee. Prohibido levantarse cada día sin un proyecto en el que pensar y un objetivo que perseguir.

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