LO QUE EMPIEZA BIEN, TERMINA AÚN MEJOR

Quien me conozca un poco sabe que soy mucho de las costumbres y tradiciones de mi tierra aunque de todas ellas la que me transporta es la Semana Santa. Me impregna de arriba a abajo su aroma, su ambiente...Disfruto con todo y con todos pero hay un día que se magnifica en mi cuerpo, en mi familia, en los míos. El Jueves Santo me envuelve. 

Desde que aparece el sol hasta casi vuelve a aparecer al día siguiente, no soy el mismo. Me rindo a él y al significado que tiene para el Sangrismo.

Y como lo que empieza bien termina aún mejor, a pesar de las previsiones meteorológicas, y como mandan nuestras tradiciones, nos acercamos al lugar punto de partida de todo, el punto de encuentro universal y hogar que no sólo está destinado al culto en esta época sino donde confluye una convivencia sobrevenida y extraordinariamente fructífera para quienes por allí se acercan.
Allí estaban Ellos preparados. Es cierto que vi un poco de más revoloteo de lo normal pero ni a pensar que, con gran parte de mi familia y amigos presentes, mi hermano de mi alma "me atracara", dedicara unas palabras y me obsequiara, de las manos de mi hija, con un bonito presente que conmemoraba mis 30 años bajo las trabajaderas. Fue una sorpresa muy emotiva para mi que jamás olvidaré.

A ellos les debo gran parte de lo vivido en las trabajaderas. Habrán sido muchísimos años juntos ahí debajo. Pero este año, aunque no estuvieran físicamente, iban a estar de otro modo.

Después, llegaba nuestra forma de preparar "el partido". Sin duda, es la base de todo. Sin estos ratos no somos nada. Sin esta arenga, la tarde, cada uno en su cometido, no sería igual.

 ...y ahí estuvieron, en el zanco izquierdo

y ahí

Grandes momentos también en la previa. He aquí a dos grandes costaleros, Carlos y Raúl, estos Alba tienen cuerda para rato.

Todo lo de después fue....para nosotros y para la gente queda. Grandes momentos, de los mejores Jueves Santos que haya podido vivir, sensaciones tremendas. El mejor sustento posible para seguir manteniendo la llama viva.