Créanme que no resulta agradable para mi hacer análisis y dar mis explicaciones a lo que, desgraciadamente para nosotros, se ha convertido en otra derrota de nuestro equipo fuera de casa. Pero, como siempre he hecho, me sirvo de mi blog, para dar la cara por mi equipo, no esconder la cabeza bajo el ala y ponerme como escudo ante lo que parece ser que es una pandemia.
Siento decir que la historia ha vuelto a repetirse con todos sus episodios. Gran semana de entrenamientos, magnífica la puesta en escena, estupenda la mentalización, bien plantados en el campo, mucha personalidad para, COMO SIEMPRE OCURRE, robar la posesión del balón al rival, intimidarles pero......el final se repite: errores puntualísimos graves que propician gles fáciles de nuestros rivales y falta de acierto ante la portería rival ; y, cómo no, el The End del partido lleva implícita la felicitación del entrenador rival con la consabida frase "jugáis de dulce".
Sólo fuimos competitivos 45 minutos. Esta 1ª parte dió para que se viera un partido eléctrico por ambas partes, para que ellos se quedaran con uno menos por doble amonestación y prácticamente nos dejaran a nosotros también con uno menos ya que el árbitro, a pesar de haber sido un buen juez durante todo el partido, no se atrevió a expulsar (sólo enseñó amarilla) a otro jugador rival (no es mi intención que suene a queja o excusa; son situaciones de partido que pueden darse y de las que hay que estar prestos como posible que pueda ocurrir en el global de un partido de fútbol) a una entrada de las que dan escalofrío y que lesionó al, hasta ese momento, delantero más peligroso nuestro, así como para marcarnos en propia puerta e irnos al descanso con 2-1 perdiendo.
Para la 2ª parte la consigna era que habíamos de ahogarles en una presión intensiva en todas las zonas del campo para aprovechar nuestra ventaja numérica así como circularles el balón más rápido aún para desgastarles y que ello supusiera acciones en superioridad por nuestra parte. No nos salió y comenzamos parsimoniosos recibiendo el castigo de un gol rival (3-1) a los pocos minutos fruto de una equivocación grave en el inicio del juego.
De ahí hasta el final intentamos infructuosamente llegar en continuadas ocasiones al área, cosa que no sucedió como tal y apenas les hicimos daño. Toda nuestra superioridad moría al asomarnos al área.
Es duro para nosotros; he de decir que a día de hoy me quita el sueño no conseguir el antídoto para ganar fuera de nuestro campo pero que nadie dude que a perseverancia, ni este problema ni ninguno otro, me desviará de estar lúcido para seguir machacando e insuflar ilusión a mis jugadores para el próximo.
Adelante de nuevo equipo.
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