En un deporte de conjunto como lo es el fútbol, si puede catalogarse a un sólo jugador como imprescindible, ese bien pudiera ser Xabi Alonso en el Real Madrid.
De sus dotes futbolísticas ya me he podido expresar en alguna otra vez y no puedo sino rendirme ante el que, desde mi modesto entender, es el centrocampista más completo de cuantos haya visto.
Técnicamente es exquisito y ortodoxo (el balón viene desde la derecha, controla con pie izquierdo y ejecuta pase con pie derecho, como mandan los cánones); tiene un control absoluto de los golpeos corto, medio y largo excelente y utiliza la superficie de contacto adecuada en el 100% de las ocasiones.
A nivel físico, jamás rehuye a la disputa noble y aunque arrastra desde tiempo problemas en el pubis, un futbolista de su calidad humana, profesionalidad e integridad fuera de los terrenos le permite cuidarse para hacer mínimas las posibles lesiones.
Desde el punto de vista táctico es un entrenador dentro del campo. Su lectura táctica, su ubicación y sus movimientos para abarcar espacios es de superdotado entendimiento del fútbol.
A nivel de trato con compañeros y entrenadores, su disciplina también queda fuera de toda duda.
Es el jugador perfecto y, como digo, imprescindible para que el Real Madrid funcione. Si él no participa, el Madrid juega pero no piensa.
Ahora bien, como es conocido por todos, su contrato finaliza a final de temporada y a partir del próximo 1 de enero es libre de negociar con el equipo que desee.
Sin, evidentemente, conocer los entresijos de su decisión, desde mi punto de vista, Xabi Alonso no lo está haciendo bien. No sé si está descontento con el club por no ofrecerle los años o el dinero que él cree adecuado, teniendo en cuenta que puede ser su último contrato como profesional o que tenga decidido abandonar el club para iniciar otra etapa en otra gran liga, cambiando así de pais y satisfaciendo una posible petición familiar, todo es entendible. Pero es el club el que se ha dirigido a él en repetidas ocasiones emplazándole a una negociación, recibiendo la callada por respuesta. Aún teniendo todas sus razones posibles, de lo cuál no dudo, no creo que sea una postura adecuada.
Sirva como ejemplo Víctor Valdés; finalizaba contrato y le comunicó a su club que se ahorrara oferta alguna de renovación que tenía pensado marcharse a otro equipo y Santas Pascuas, es su decisión y ya está.
No sé lo que espera Xabi para comunicar al club si se va a ir que no inista en su renovación y si tiene decidido quedarse, comunicarle que ya negociarán hasta lo que resta de la temporada. No entiendo la motivación de esta demora.
Si se queda será una gran noticia para el fútbol español y para todos los que le adoramos futbolísticamente. Si se marcha será una gran pérdida y nos quedaremos sin el centrocampista total.
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