Todo aquél que me conoce sabe lo exigente que soy con mi equipo en el entrenamiento así como en la preparación de los partidos. Reconozco que soy un "enfermo" de la mejora continua de mis jugadores y obseso con la excelencia en cuanto a la interpretación de este juego. Siendo así, todo lo ocurrido en la mañana de ayer en el campo del Calavera me hiere enormemente.
De haber sido alguien del público hubiera sentido estupor de ver un equipo, en este caso el mío, con tan poca alma y una forma tan vulgar de dar culto al fútbol.
Todo lo que ha ocurrido en ese campo ha sido muy hiriente para la que debe ser una trayectoria diseñada desde el esfuerzo, la exigencia y unas directrices de comportamiento deportivo exquisito.
Desde el primer minuto hasta el último hemos sido inferiores a nuestro rival que ha dominado todas las zonas del campo sin tampoco ofrecer un gran fútbol.
Me imagino que éste, ante el Calavera, habrá sido de esos partidos que suelen darse una vez en la temporada al que no se le encuentra explicación todo lo ocurrido.
Podemos perder y algunas veces debemos perder para valorar aún más todo el esfuerzo de anteriores ocasiones en las que hemos conseguido la victoria pero ésta en especial ha sido dañina por dar la espalda a lo que debe ser nuestra forma de jugar, a nuestro funcionamiento desde agosto así como por desentendernos de una filosofía de juego que incluso sabemos que cuando la aplicamos, nos acerca a ganar y, lo más importante, nos hace felices.
Me repanpinflan las victorias carentes de un camino para llegar a ellas. No soy entrenador solo para hacer ganar a mis equipos, en este sentido, humildemente creo que ya hay muchos entrenadores para ello. No me conformo con sólo ganar. Cuando te vayas de un equipo debe quedar un halo más profundo y no sólo los números fríos de las victorias y las derrotas por lo que me dan igual que pueda ser el único criterio por el que me lleguen a juzgar.
Cuando finaliza mi etapa en un equipo, este debe de jugar muy bien al fútbol, entenderlo y disfrutar de ello. Si ello conduce a la victoria, mejor.
Lo único destacable del Calavera 2-Atco. Sanlúcar 0 ha sido el debut de dos jugadores juveniles que están llamados a liderar este equipo el año que viene, de hecho ya lo han liderado en sus 20 m. de concurso en este partido. Bravo por Juan y Chalo por su lección en cuanto a la puesta en práctica con toda la personalidad del mundo de unos valores de entendimiento e interpretación del juego.
Y, ojo, entiendo que de esta mala actuación de ayer, en gran medida, soy responsable ya que no hubo un error puntual o un desacierto de un jugador determinado, ha sido un fallo gravísimo de interpretación de qué deberíamos hacer y eso es mi responsabilidad, lo cuál trataré con la mayor diligencia posible en el menor tiempo posible.
Espero que jamás mi equipo dé la imagen de ayer y deseo que cuanto antes volvamos a la senda que nos estaba llevando a la consolidación como buen equipo.
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