No es la primera vez que aludo a este tema en algunos de mis post pero bien merece retomarlo para volver a analizar ciertos asuntos relacionados con estas 4 paredes.
Todo aquél /la que haya formado parte alguna vez en su vida de un grupo humano, no tiene incluso por qué ser deportivo, seguramente habrá accedido bajo unas condiciones de funcionamiento interno, ya sean en forma de estatutos, normas establecidas.....En el caso del deporte en general y del fútbol en particular, además de todo ello (normas de funcionamiento interno) hay un pacto tácito asumido por todos los integrantes en el que ha de tener bajo la llave del silencio externo todo lo que ahí se cuece. Son muchos días los que hemos de convivir entrenadores, jugadores (los juegan, los que menos lo hacen, los que aumentan su nivel y se ganan el puesto, los que lo pierden, los que se han lesionado......y así hasta la enésima circunstancia del momento puntual que puede pasar cualquier integrante).
En 11 meses de convivencia (1 de pre-temporada y 10 de competición aprox.), como digo, se dan las más variopintas situaciones y muchos cambios drásticos en algunos casos. Todo lo que ahí ocurra durante ese tiempo debe reservarse para esas 4 paredes quedando totalmente prohibida cualquier filtración, si no se ha planteado anteriormente ahí, donde se habla de verdad y cara a cara.
Cualquier miembro que ose romper este pacto tácito no merece seguir en el grupo y ha de ser expulsado inmediatamente.
En torno a esta argumentación hay unas declaraciones de Ramí, central del Valencia C.F., que son desgraciadamente clarificadoras. Este futbolista ha confundido la sinceridad que él mismo se atribuye con la traición que sobreviene por sus palabras y también la cobardía de no decirlo ahí, entre esas paredes, que es donde habla la gente de honor.
Ese futbolista debe salir del club, no ya tanto, que sí, por la gravedad de sus declaraciones, sino porque ya no volverá a ser aceptado ni por el grupo ni por el juramento que en su día realizó.
Los entrenadores y futbolistas muchas veces no son conscientes de la trascendencia que puede llegar a sobrevenir de algunas declaraciones o comentarios fuera del círculo de vestuarios y más si toman como objeto un micrófono o un teclado de su móvil para manifestarse en redes sociales (recientemente el reincidente y provocador Piqué vuelve a aludir a otros equipos donde hay compañeros que se ganan la vida como él con aires de mofa, sorna y desprestigio....qué casualidad siempre en el mismo sentido; sin duda deberá tratarse de un complejo de inferioridad.....). Desde luego aquí hay veda abierta. Si fuera futbolista mío os aseguro que ya tendría un toque de atención (recuerden sus episodios de manitas abiertas, que si escupitajos en el autobús, que si la procedencia del dinero de otros, que si las películas de humor.....). No hace sino faltar al respeto una y otra vez y después ya sabemos las consecuencias de las cerillas que continuamente tiran al pasto. No se enteran que el deporte tiene una ley no escrita que como un boomerang te devuelve todos los excesos de euforia convertidos en mofas....como tampoco se enteran de que hay que hablar menos (sobre todo de otros equipos y más del tuyo) y hay que dedicarse más en su profesión a una mejora que redunde en tu rendimiento y en la contribución para que tu equipo progrese.
Cada uno allá con el funcionamiento interno de su equipo pero, por lo que a mi respecta, en los asuntos de vestuarios o se es firme o todo se te va de madre en un periquete.
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