viernes, 28 de junio de 2013

UNA ESPAÑA, QUE NO FUE ESPAÑA, JUGARÁ LA FINAL A COSTA DE UNA GRAN ITALIA

De antemano, todos confiábamos en el fútbol de España y, por supuestísimo, también todos, sabíamos que Italia sería Italia. Y fue mucho más Italia de lo que incluso pensábamos que sería aunque no sabíamos que España sería mucho menos de lo que nos tiene acostumbrados.
Estamos a final de temporada y pesan los meses de competición, de entrenamientos, de viajes.....por lo que la lucidez mental, y no sólo las piernas, pesan en demasía a españoles, italianos, brasileños.....
Analizando un poco el partido, la verdad es que me produjo un gran descontento lo ocurrido en la 1ª parte por la aparente apatía de la Roja.
Italia pobló su centro del campo para impedir que hubieran espacios en nuestra creación y sus robos de balón eran la antesala de contraataques bien llevados con pocos toques y cambios de orientación certeros perimitiendo las incursiones de sus jugadores de banda, incluso de sus laterales, lo cuál creaba un gran desconcierto defensivo en los nuestros. Las espaldas de nuestros defensores eran bombardeadas por los Pirlo, De Rossi y compañía y los espacios defensivos no ocupados por los españoles suponían una gran ventaja para los azzurri.
Incomprensiblemente, Del Bosque no reestructuró nada ante este aluvión italiano (gracias que no marcaron). Los centrocampistas nunca se metieron en el papel de defender, ni realizar ayudas, ni siquiera ocupaban espacios defensivos. En ataque éramos un poema, todo el mundo andaba. Nadie creaba espacios, nadie aceleraba, no progresábamos en el juego, no pisamos el área rival. La circulación del balón era escandalosamente lenta y así jamás íbamos a vencer un correcto e inteligente posicionamiento defensivo italiano.
Sin movilidad es imposible sorprender a tu rival, es impoible emocionarte con lo que haces y en definitiva, no te permite ser tú mismo. España no fue ella y tiraba por tierra su arma más mortífera, la circulación rápida del balón.
Esperando algunos cambios posicionales o en actitud para darle un giro a esta dinámica, mi sorpresa fue que todo seguía igual al comienzo de la 2ª parte. A los pocos minutos ya Del Bosque comenzó a mover el banquillo y algo se notó la frescura de Navas aunque le buscaron menos de lo debido.
Xavi estuvo muy desacertado todo el partido, nunca encontró su sitio. Sólo el mago Iniesta intentaba tímidamente perforar o al menos probar cómo podíamos meterles mano.
Nuestro ataques eran tan pobres que sólo llegábamos 1 o 2 jugadores para finalizar las jugadas. La solvencia de nuestros dos centrales, Ramos y Piqué, nos daba algo de aire de tranquilidad, pero nada de lo que hacíamos era suficiente para ganarte el mérito de estar en Maracaná. España nunca fue por el partido en los 90'.
La prórroga fue diferente. Mata hizo de Xavi en una zona de gran influencia para nuestro juego. En esta media hora sí que dominamos, sí que nos impusimos, sí que llegamos, sí que alternamos, sí que controlamos. Buscamos más a Navas que volvió a ser un cuchillo por su banda y Jordi Alba pisó por primera vez en todo el partido la linea de fondo rival; Xavi disparó y jugamos muchos minutos cerca de su área. Esa sí era España.
Pero ni nuestra frescura daba para más ni el cambio de Javi Martínez dio para otra cosa que no fuera para eso, mera frescura (no entiendo el posicionamiento de delantero del espigado del Bayern, teniendo a especialistas en el banco ni son suficientes, para mi, las explicaciones de Del Bosque acerca de este cambio).
Sea como fuere, estamos en la final aunque fuera por penaltis. A ver si ya paran de decir que los penaltis son una lotería. De eso nada, son como todo lo que engloba el fútbol, aciertos y errores. Ellos fallaron, nosotros no y por eso estamos en la final. Aún así, felicidades y mi reconocimiento a una Italia y a Prandelli por poner mentalmente contra las cuerdas a los nuestros aunque no rematara la faena. Italia siempre será grande en las competiciones de altura.
Será el domingo a las 00,00 ante el anfitrión en Maracaná. Que ocurra lo que tenga que ocurrir pero al menos que España sea España. Ah!, por cierto, a ver si la FIFA deja de marear la perdiz y los árbitros utilizan ya los sprays que marquen las distancias de las barreras. Es vergonzoso que en las narices de los árbitros las barreras se sitúen a 5 metros.
¡Vamos Roja!

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