En la vida, dicen, no sólo hay que tener atributos sino que también debes preocuparte por parecer tenerlos.
Muchos entrenadores han sido victoriosos en sus carreras, han militado en grandísimos equipos y han tenido números incontestables pero nada de ello significa que su doctrina, su enseñanza y su huella cale entre los futbolistas y en definitiva que el fútbol le premie con un lugar entre los que han aportado a su engrandecimiento.
Pep Guardiola es de esos entrenadores que cumplen esta condición y que cuando se marchen habrán dejado una enseñanza y un entendimiento de este deporte que servirá de senda para la gente que venga detrás.
En el Barça, su idea de fútbol fue refrendada por un equipo de jugadores de ensueño, justo en su cénit futbolístico y que después de 3 temporadas victoriosas, habiendo obtenido 14 títulos, se marchó (maniobra de extrema astucia) antes de "morir" de borrachera de victorias.
Diseñó una retirada en Estados Unidos como escape a la presión que le supuso tirar de un equipo que comenzaba a acomodarse y al desgaste de luchar codo a codo contra el Real Madrid, competitivamente emergente, de Mourinho.
Le llovieron ofertas y, tranquilamente, ha podido elegir su destino. Llega al campeonísimo y todopoderoso alemán Bayern que esta temporada ha conseguido un triplete y lo hace como lo tienen que hacer los grandes, ofreciendo rueda de prensa en alemán y con una vestimenta que denota respeto por la entidad a la que llega.
Cualquier otro se habría quedado en casa esperando que llegara el día de la incorporación y que el club le pusiera un traductor. Guardiola es un transgresor en su entendimiento del fútbol y un meticuloso en cuanto a la imagen que ha de proyectar en cada instante, todo un caballero del fútbol.
No lo tendrá nada fácil, es otra cultura, otro clima, otra forma de entender la vida pero ese es su reto y éste no es de los que huye de las grandes batallas.
Como alguien al que idolatro su pasión y su estudio constante de este deporte así como su personalidad entre los futbolistas, liderazgo y conducción de grupos (clave última del éxito en los banquillos), le deseo todos los éxitos posibles a este genial entrenador que además de serlo se preocupa por parecerlo.
Al fin y al cabo todos queremos ganar y es el fin al que se pretende llegar en este juego del fútbol, la diferencia está en el cómo así como el camino y procedimiento utilizados. Esa es la diferencia entre los que pasarán a la historia por la huella que hayan dejado, como es el caso de Guardiola y los que simplemente se recordarán por los goles que marcó su equipo, los partidos que ganó o los títulos que consiguió, algo que resulta ser volátilmente olvidadizo con el tiempo (los de pensamiento rápido y poco profundo pensarán que me estoy refiriendo con esta reflexión a Guardiola versus Mourinho. Nunca más lejos de la realidad, expresamente me refiero a un grupo reducido de entrenadores frente a un grueso que no van más allá de unos simples datos numéricos como consecuencia de su paso por un equipo de fútbol).
Al fin y al cabo todos queremos ganar y es el fin al que se pretende llegar en este juego del fútbol, la diferencia está en el cómo así como el camino y procedimiento utilizados. Esa es la diferencia entre los que pasarán a la historia por la huella que hayan dejado, como es el caso de Guardiola y los que simplemente se recordarán por los goles que marcó su equipo, los partidos que ganó o los títulos que consiguió, algo que resulta ser volátilmente olvidadizo con el tiempo (los de pensamiento rápido y poco profundo pensarán que me estoy refiriendo con esta reflexión a Guardiola versus Mourinho. Nunca más lejos de la realidad, expresamente me refiero a un grupo reducido de entrenadores frente a un grueso que no van más allá de unos simples datos numéricos como consecuencia de su paso por un equipo de fútbol).
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