Supone una gran pena para mi que Mariano Pulido nos haya dejado. Para todos quienes le conocíamos no pasaba inadvertido cada vez que podíamos entablar con él alguna conversación. Sin duda era el tío más simpático de cuantos nos vestíamos de rojo en la Ciudad Deportiva.
Dos temporadas y media tuve la oportunidad de convivir cerca suya. Muchas veces compartíamos campo de entrenamientos y otras muchas veces también horario de gimnasio; él con su equipo de cadetes y nosotros con el femenino. En ese momento, mientras sus jugadores y las mías, realizaban tareas en el gimnasio era cuando llegaba su máximo esplendor contando anécdotas y vivencias que nos hacía partirnos de risa. No olvidaré sus chistes o algunos de sus episodios de cuando se quebró y le operaron; ni cuando, de joven, salía con sus amigos con camisa de lunares o lo pesado que era pidiéndome cada día que le regalara mi chaquetón.....
Cuando, en el día de ayer, me entero que ha muerto, he sentido una gran pena. Se trata de una notoria pérdida humana así como de un excepcional entrenador de cantera para el Sevilla F.C.
Me quedaré con muchos de sus consejos. Me decía: "niño, pon siempre a jugar a los buenos. Si no hacen méritos en los entrenamientos, haz que lo hagan pero cuando lleguen los partidos, ponlos a jugar".........."los días de partidos, que es cuando se deciden las papas, tienes que crear un ambiente de distensión en el vestuario, será clave para el resultado final".
Desde aquí envío mi pésame a su familia y especialmente a su hijo (hoy gran futbolista) a quien tuve oportunidad de dar clases en el curso de entrenadores en Alcalá.
Hasta siempre Puli.
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