He podido leer que Luis Fradua ha sido nombrado nuevo jefe de la cantera del Betis con un contrato que le vincula al club por 18 meses. He investigado un poco sobre él ya que no le conocía. Parece ser que le avala una gran experiencia en clubs "pro-cantera" como el Espanyol y el Athletic. En su presentación ha anunciado, además de otras cosas, optar firmemente al objetivo de que "la primera plantilla esté compuesta por muchos chicos formados en la cantera".
Llegados a este punto, lógico de haber sido afirmado y ser objetivo último de cualquier director de cantera que se precie, me surge una reflexión que ya en anteriores ocasiones he referido, ¿se está haciendo lo suficiente en las canteras de nuestros equipos?, ¿es acertada la filosofía y política empleada?, ¿se está obteniendo el resultado buscado a tantos años de trabajo y tanta inversión realizada?, ¿se está dando la enseñanza y aprendizaje correctos a los chavales para que cumplan su ciclo formativo en función de sus edades y su evolución futbolística?........mi respuesta es clara y contundente, NO, o al menos no lo suficiente. Se puede hacer mucho más y el rendimiento será aún mayor.
Y aunque suponga una injusticia cualquier generalización, prácticas extendidas como "robar" jugadores a otros equipos "más pequeños"; que los cargos de entrenadores de la base sean elegidos a dedo y a capricho (muchos de ellos con escasa formación); que los objetivos formativos queden en un segundo plano mientras estos equipos sean "admirados" por los goles que haya marcado y las palizas que hayan endosado a sus rivales, obviando un exhaustivo programa de etapas cumplidas; que sean práctica normal pugnas absurdas de los entrenadores entre sí en la búsqueda de una posición de dominio en el club, golpe en pecho incluido, a costa de "exprimir" a unos chavales que son tratados como pequeños profesionales y así hasta quedarme corto en contar ejemplos que se suelen dar en nuestras canteras cada día.
Hoy día, gracias a que el fútbol español está de moda por los éxitos de nuestra Selección y nuestros equipos, esta vitola alcanza a que nuestros entrenadores y nuestras canteras sean admiradas en el exterior.
En nuestro caso del sur, en Andalucía, tenemos la dicha de que el clima torna a casi fundamental para que nuestra "materia prima" en forma de chic@s que aprenden a jugar al fútbol en la calle sea aún objeto de mayor deseo. He visto un montón de ojeadores de equipos ingleses, así como de equipos poderosos españoles merodear por las ciudades deportivas de Sevilla y Betis buscando esta preciada materia prima. Y ya vemos el resultado, cada vez más chicos de nuestro fútbol emigran a equipos extranjeros con menor edad; algo, por ello, habrá que hacerse mirar.
Creo firmemente en otro funcionamiento de estas canteras, comenzando con una estructuración y vertebración adecuadas así como que sea un comité directivo o de expertos del club quiénes elijan sus entrenadores y supervisen periódicamente el trabajo formativo a realizar y no se bareme la salud de las mismas por los resultados (algo efímero e insulso en edad formativa) y sí por los objetivos cumplidos en cada una de las etapas de la formación.
Ni que decir tiene que las instalaciones de cantera han de estar dotadas convenientemente de una buenas infraestructuras, como corresponde al siglo en el que estamos y no ser tratadas meramente como un lugar en el que dejo al chaval y lo recojo 2 horas más tarde.
Estoy absolutamente convencido que una política acertada de cantera, alejada de anquilosamientos pasados, con filosofías puramente formativas y un personal cualificado para ello conduce inexorablemente a un mayor rendimiento de la misma traducido en un mayor número de futbolistas y de mayor calidad ocupando puestos de las primeras plantillas así como un mayor rédito económico de las inversiones realizadas.
Y aunque suponga una injusticia cualquier generalización, prácticas extendidas como "robar" jugadores a otros equipos "más pequeños"; que los cargos de entrenadores de la base sean elegidos a dedo y a capricho (muchos de ellos con escasa formación); que los objetivos formativos queden en un segundo plano mientras estos equipos sean "admirados" por los goles que haya marcado y las palizas que hayan endosado a sus rivales, obviando un exhaustivo programa de etapas cumplidas; que sean práctica normal pugnas absurdas de los entrenadores entre sí en la búsqueda de una posición de dominio en el club, golpe en pecho incluido, a costa de "exprimir" a unos chavales que son tratados como pequeños profesionales y así hasta quedarme corto en contar ejemplos que se suelen dar en nuestras canteras cada día.
Hoy día, gracias a que el fútbol español está de moda por los éxitos de nuestra Selección y nuestros equipos, esta vitola alcanza a que nuestros entrenadores y nuestras canteras sean admiradas en el exterior.
En nuestro caso del sur, en Andalucía, tenemos la dicha de que el clima torna a casi fundamental para que nuestra "materia prima" en forma de chic@s que aprenden a jugar al fútbol en la calle sea aún objeto de mayor deseo. He visto un montón de ojeadores de equipos ingleses, así como de equipos poderosos españoles merodear por las ciudades deportivas de Sevilla y Betis buscando esta preciada materia prima. Y ya vemos el resultado, cada vez más chicos de nuestro fútbol emigran a equipos extranjeros con menor edad; algo, por ello, habrá que hacerse mirar.
Creo firmemente en otro funcionamiento de estas canteras, comenzando con una estructuración y vertebración adecuadas así como que sea un comité directivo o de expertos del club quiénes elijan sus entrenadores y supervisen periódicamente el trabajo formativo a realizar y no se bareme la salud de las mismas por los resultados (algo efímero e insulso en edad formativa) y sí por los objetivos cumplidos en cada una de las etapas de la formación.
Ni que decir tiene que las instalaciones de cantera han de estar dotadas convenientemente de una buenas infraestructuras, como corresponde al siglo en el que estamos y no ser tratadas meramente como un lugar en el que dejo al chaval y lo recojo 2 horas más tarde.
Estoy absolutamente convencido que una política acertada de cantera, alejada de anquilosamientos pasados, con filosofías puramente formativas y un personal cualificado para ello conduce inexorablemente a un mayor rendimiento de la misma traducido en un mayor número de futbolistas y de mayor calidad ocupando puestos de las primeras plantillas así como un mayor rédito económico de las inversiones realizadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario