A veces haber conocido o haberte rodeado de algunas personas resulta ser un antes y un después en lo que eres o en lo que puedes llegar a ser. Justo ésto me ocurre o, mejor dicho es lo que me ocurrió, cuando conocí y pasaron por delante de mi camino estos tres grandes amigos y "tíos" influyentes del fútbol. Los tres han sido mis grandes valedores, de alguna forma u otra para impulsarme como entrenador y a tener un mayor conocimiento de ésto del fútbol que nos disloca.
Gracias a los tres he vivido experiencias increíbles (mas las que pueda depararme el futuro) y que me han servido para seguir avanzando en este mundo del fútbol tan complicado e interesado.
Juan Carlos Osorno. Puedo considerarlo "mi padre" deportivo; siempre me dio buenos consejos y me abrió los ojos de la realidad de la vida. Gran entrenador y buen entendedor de la cantera. En mi primera etapa en el Sevilla F.C., cuando él era entrenador del equipo juvenil de liga nacional me llevó consigo para ver qué se cuece a estos niveles futbolísticos. Fue clave para llevarme nuevamente al Sevilla F.C. en mi segunda etapa para hacerme cargo durante 2 temporadas y media del equipo femenino.
Miguel Ángel Gómez. Gran psicólogo y hombre de club. Ya cuando él estudiaba su último curso en la Facultad de Psicología, yo empezaba en la de Empresariales donde compartíamos desayunos. Él montó su empresa MAGODEPORTE y trabajamos juntos en algunos proyectos. Posteriormente cuando formaba parte de la Secretaría Técnica del Sevilla F.C. me propuso para forma parte de la plantilla de entrenadores del club.
Ramón Quintana. Fue mi profesor de preparación física en los cursos de entrenador (nivel 1 y 2), desde siempre he sentido profunda admiración por él y por lo que representa su estela. Tuve la fortuna de trabajar con él en el Sevilla F.C. y no dejaba de apuntar todo lo que hacía, sus innovaciones. Siempre le dije que era el "preparador físico del futuro" y no me equivoco.
No puedo más que estar agradecido a estos tres "tíos" por todo lo que me han enseñado y las oportunidades que me han dado. Nunca se sabe lo que el futuro nos deparará a cada uno pero lo que sí tengo claro es que de buenos mimbres puede salir un buen cesto y ellos tres de eso están sobrados. Todavía les profeso la mayor de mis admiraciones y sé que ellos hacen lo mismo de mi allá por donde van. Muchas gracias por todo. Os debo mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario