No hay nada que me haga más daño que el inmovilismo. Me considero un inquieto de todo cuanto pueda llegar a aprender u objetivo por conquistar. Está claro que cada uno tiene unas metas y no siempre podemos llegar adonde nos gustaría por infinidad de razones, pero eso no quita que si algo deseas con todas tus fuerzas, no tienes más que emprender el camino que, por tortuoso que sea, si tu convencimiento está a prueba de bombas y tu fijación en el mismo intacta, algún día, tu meta encontrarás.
Si es posible que esta reflexión haga cambiar de opinión a alguien cuyo conformismo o inmovilismo se haya apoderado de él o incluso el desánimo por ver demasiado lejana su meta le haga retenerle, cambie de idea y vuelva a emprender el viaje.
Os dejo la imagen de Martín Luther King y unas palabras del gran maestro de las letras Pablo Neruda refuercen aún más mi argumento. Adelante.
"Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días lo mismo. Muere lentamente quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir tras de un sueño. Muere lentamente quien abandona un proyecto antes de iniciarlo. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar".
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