Todos y cada uno de los miembros de la plantilla saben cuánto hemos apretado los dientes (y lo que nos queda) por revertir momentáneamente una situación que comenzaba a tornarse un poco peligrosa. Veníamos de 2 jornadas en las que no habíamos sumado y otras dos más atrás en la que habíamos desinflado algunos de nuestros poderes que nos hacían mirar más arriba en la clasificación. Estábamos jugando mal, descompensados, por momentos sin ideas, confundidos....Había que reformatearlo todo y comenzar a refrescar ideas y ánimos.
En el fútbol y en la vida, no conozco otra fórmula de éxito que trabajar más e identificar los errores que se puedan tener y a esa nos aferramos. Todos hemos comprobado cuál es el camino. Tenemos un equipo muy joven y estamos sujetos al dictado de la competición para probar cada domingo nuestra madurez.
C.D. Diez.Sanlúcar 3 - Castilleja 1; partido muy intenso todos los minutos del mismo entre rivales muy igualados. Sabíamos que pequeños detalles decantarían el resultados a favor de uno u otro. De nuevo hemos vuelto a ser dominadores todos los minutos y fue nuestro acierto en momentos clave del partido (cosa que nos faltó en partidos anteriores) los que decidieron una victoria que bien podría haber sido más cuantiosa. Hemos estado especialmente atentos y compactos cuando no éramos poseedores del balón e incisivos y determinantes a la hora de llevar el balón con peligro a la portería rival. Falta un poco de más consistencia para gestionar nuestros ataques con la pausa que te da ser dominadores en campo rival. Nos quedamos pues con la satisfacción del deber cumplido y con la lección aprendida de que nada cae del cielo y cada punto ha de ser peleado con la máxima dosis de compromiso y sapiencia futbolística posibles. La nota negativa fue la despedida del equipo de nuestro incombustible delantero y mejor persona Julio y de nuestro capitán Palmar que estará 20 días en el dique seco.
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