He aquí 3 de los mejores artículos que nos brinda mi gran amigo y compañero Toni Cosano en su blog www.tonicosano.wordpress.com. En ellos, Toni muestra toda su sabiduría, maestría y conocimiento sobre toda la temática inherente y que rodea las entrañas del fútbol. Enhorabuena, Toni porque te superas en cada uno de ellos.
DEJADLOS CRECER
De las cosas más agradecidas que tiene entrenar en la base es ver la evolución de los jóvenes futbolistas. De las más desagradables, no es solo soportar a los padres de los jugadores, sino ver como muchos de ellos estropean la carrera deportiva de sus hijos. La carrera de un joven jugador está repleta de agradables momentos y de muchos otros adversos que los deportistas deben sortear en su camino. Ningún logro es fácil y los chicos deben aprender a disfrutar y saborear los buenos momentos y a superar las adversidades, que forman parte de su crecimiento y de su proceso de aprendizaje y formación. Un futbolista debe ser consciente desde una temprana edad que las cosas tienen un precio y que en la vida cualquier meta conlleva convivir con situaciones agridulces. Hoy día, parece que la juventud no puede madurar a base de palos como cualquier mortal, parece que no pueden sufrir y entender que la vida no es toda de color de rosa. Es parte de su crecimiento deportivo y personal caerse y levantarse las veces que haga falta, eso los hace más fuertes. Deben aprender a afrontar sus problemas, a convivir con ellos y a ser capaz de superarlos por sí solos desde la humildad, el sacrificio y el esfuerzo.
Es cierto que los padres deben estar presentes en la educación deportiva de su hijo pero se confunden con ese exceso de protección que hace que pierdan independencia, que maduren más tarde y que sean blandos ante los problemas que se les presentan. La mayoría de padres opta ante la adversidad de su hijo por hacerle creer que el mundo está contra él y que su situación es una verdadera injusticia (aunque solo lo crea él como padre y el hijo a base de ser condicionado por los constantes argumentos de su padre). Al menor obstáculo los inducen a rendirse. En muchos casos, la solución ante dos o tres suplencias es proponerle pedir la baja o directamente pedirla él sin consultar con el chaval. Irse a otro equipo donde realmente valoren las grandes cualidades de su hijo que el míster de turno no es capaz de ver. Es triste ver a un jugador de catorce, quince o dieciséis años que a vestido cinco o seis camisetas de diferentes clubs en busca de aquel entrenador que finalmente valore justamente su valía.
Un futbolista se endurece superando sus adversidades. Es necesario que sufran en el banquillo o fuera de la lista para entender que para jugar su actitud y su rendimiento deben ser óptimos, y si fuese necesario hacerles entender que su rol en el equipo por la competencia que tiene es otro que ser titular cada semana. En una sociedad en la que nos venden que para ser feliz hay que ser rico y exitoso no es fácil entender este argumento, sin embargo en la vida fracasamos más de lo que triunfamos, por tanto no sería mala idea que los jóvenes entendieran que a veces se gana y otras se pierde. Se les debe enseñar a hacer autocrítica, a que aprendan a superarse, a que sean conscientes de sus limitaciones y a saber que las cosas cuestan y los obstáculos forman parte de su proceso de formación como persona y como deportista.
Somos el único mamífero que sigue bebiendo leche después de la lactancia y el animal que más tarda en salir del nido, volar libremente y ser independiente. Algo hacemos mal cuando seguimos patrones diferentes a la naturaleza. No sería mala idea dejar que si se caen del nido en su primer intento de vuelo se espabilen, se levanten solos y sigan su camino cayéndose y levantándose como todo hijo de vecino. Es conveniente estar pendientes de su educación pero desde el realismo y dándoles la autonomía que necesitan. Se les debe orientar pero desde el sentido común. Y aparcar las frustraciones personales e intentar que éstas no interfieran en la carrera deportiva de los futbolistas. En fin, dejarlos crecer en paz.
SABER TRANSMITIR
Una de las muchas virtudes que debe tener un entrenador de fútbol, más allá de unos buenos conocimientos y un buen modelo de gestión de grupo, es saber transmitirlo. Tener las ideas claras, explicarlas con transparencia y conseguir la empatía del equipo. Ser capaz de contagiar serenidad y confianza, en los buenos y en los malos momentos, y marcar una línea disciplinaria que muestre que el conjunto está siempre por encima de los intereses personales.
Saber transmitir su idea de equipo, a nivel de convivencia y de gestión interna, de forma transparente para que las normas estén claras y las conozcan todos los componentes. Y saber transmitir la idea de juego desde el primer entrenamiento de pretemporada para que todos y cada uno de los jugadores y miembros del equipo conozcan el patrón de juego y el modo de jugar.
Los comportamientos, a nivel disciplinario y metodológico, deben manifestarse desde un primer momento, siendo inflexible con aquellos que por el motivo que fuese se desvíen de esa línea de convivencia o de interpretación del juego. El entrenador debe defender al grupo por encima de todo y blindar el vestuario de ataques externos que contaminen el buen entendimiento del equipo, manteniendo su filosofía y contagiando un clima de unidad a los suyos para que los vientos desfavorables siempre existentes no desestabilicen el rumbo firme del barco.
UN BUEN SEGUNDO
En un fútbol como el actual, donde existen infinidad de tareas y aspectos a trabajar es imprescindible delegar y contar con un buen grupo de trabajo para dirigir con éxito un equipo de fútbol y poder abarcarlo todo. El trabajo compartido multiplica conocimientos y se enriquece con distintos puntos de vista que provocan interesantes reflexiones. Cada especialista en su parcela, y el míster al frente de todas ellas. Cualquier pieza del engranaje tiene su importancia, pero el trabajo sordo del segundo entrenador es imprescindible para todo entrenador y para los futbolistas.
A mi entender, la figura de un buen segundo entrenador debe tener una serie de características o virtudes :
•Ser de un perfil discreto. Una persona cómplice, confidente del entrenador y totalmente hermético con las diferentes situaciones que se viven en un vestuario y en la relación entre ambos.
•Debe ofrecer, no solo conocimientos que complementen al entrenador, sino una visión crítica cuando fuese necesario a la hora de valorar el funcionamiento y el rendimiento del equipo, sin sopesar la repercusión ni la opinión que pueda tener el entorno del equipo o el propio entrenador acerca de su opinión.
•Aportar al entrenador un equilibrio emocional a la hora de gestionar el vestuario y afrontar la competición que compense su carácter, su temperamento y lo ayude a sortear los momentos de más tensión.
•Ser una persona leal, para poder conseguir un buen entendimiento y una complicidad máxima desde la confianza y fidelidad que transmite, vital a la hora de abrirse y expresarse plenamente.
•Ejercer el papel de bueno con los futbolistas, los cuales deben verlo como la figura a la que pueden recurrir siempre ante cualquier contratiempo. Aquella persona que intercede en los conflictos con mano izquierda, sabe enmascarar algunas de las decisiones del entrenador y hace de interlocutor entre éste y la plantilla en algunos momentos.
Si además, es capaz de entender y soportar las manías y el comportamiento obsesivo que tenemos muchos entrenadores durante la competición, se trata del ayudante perfecto.
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