Hace unos días hemos asistido a una "catástrofe futbolística". Se ha celebrado el sorteo de 1/8 de final de la Champions y en él no estaban ni Manchester United ni Manchester City, en teoría 2 de los aspirantes a la finalísima de se celebrará en Munich. Por el presupuesto de ambos equipos, por sus grandes jugadores que dejan de jugar una competición tan importante, por las pérdidas que les acarreará y porque es una decepción para el fútbol inglés, la respuesta que, seguro, se hubiera producido en club de similares características aquí en España hubiera sido un auténtico cisma. Se hubieran tambaleado los cimientos del propio club, habría habido una desestabilización total de la plantilla, habrían fundido al entrenador y puesto en venta a 3 jugadores para gastar una millonada en traer otros 3. Sin embargo en Inglaterra nadie se ha puesto nervioso, evidentemente ha supuesto una gran decepción pero no se han parado a realizar ningún análisis hasta que no finalice la temporada. A eso le llamo yo tener una madurez institucional además de tener muy sentadas las bases y la idea de lo que debe ser un proyecto deportivo.
Resulta demasiado fácil y placentero, tal y como se entiende la empresa deportiva aquí en España llegar a conclusiones poco profundas y sesgadas por situaciones coyunturalmente negativas en cuanto a resultados se refiere. Aquí comenzamos un proyecto al inciarse una temporada a partir de la contratación del director deportivo y sus ayudantes, 7 u 8 jugadores cada año, un nuevo entrenador.......todo maravilloso; para que en las primeras de cambio, a los pocos meses haya que cambiarlo todo. Me surgen 2 preguntas, ¿entonces, el proyecto era malo o equivocado de partida? y ¿por qué en casos de fracasos y grandes decepciones, en vez de señalar con el dedo acusador siempre a la misma figura (el entrenador), dan un paso al frente los que le han traido (director deportivo y presidente) para marcharse con él?. Mi conclusión es bien sencilla: llevamos muchos años en España trabajando muy bien con las canteras, preparando a los chicos con instalaciones increibles, métodos fantásticos (ahí están los resultados); los entrenadores españoles pueden ser de los más preparados del mundo futbolístico (demandados en todas partes del mundo) no cejando en seguir aprendiendo y reciclándose; en cambio, los dirigentes y/o máximos accionistas de nuestros equipos parece que no va con ellos esta aureola de "las cosas bien hechas" por parte del resto de agentes del fútbol viviendo aún anquilosados en el tiempo y de ahí sus fracasos estrepitosos. Sin rigor alguno ni manejar informes profesionales, aún siguen nombrando a dedo a entrenadores (porque les cae bien, porque fue futbolista o porque han entrenado a no sé qué equipo) y contratando jugadores a partir de inversiones ruinosas, haciendo del "proyecto" inicial un barquito de papel que se hunde con las primeras aguas.
En Inglaterra están muy marcadas cada figura del club, cada uno sabe cuál es su función, el jugador a mejorar y jugar, el entrenador a entrenar, la dirección deportiva es la encargada de confeccionar el proyecto deportivo y traer al entrenador idóneo así como el presidente/max. accionista y su junta directiva o consejo, a gestionar el club. Todo lo que no sea ésto es un "atentado" contra el profesionalismo y traducido en rotundo fracaso deportivo y económico, así que ya es hora de que tomemos ejemplo de los ingleses acerca de cómo ha de funcionar un club.
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