martes, 27 de diciembre de 2011

EXCLAVOS DE LO VIVIDO

Es difícil referirme a este tema y no ir directamente al meollo de la cuestión sin poner siquiera en antecedente el argumento que deseo esgrimir. Se puede decir que llevo una cantidad considerable de años viviendo y rezumando fútbol como para tener una idea hecha de cuanto supone ponerme en el pellejo de todas las "figuras del Belén" que forman este maravilloso deporte. Vengo viendo, a todos los niveles y categorías del mismo, que igual que en algunos ámbitos el fútbol ha experimentado cambios brutales (investigación, aumento del rendimiento en entrenamientos, prep. física.....), en alguno otro estamos todavía en la Edad de Bronce. Incluso percibo que es una conciencia de la calle que queda conexa como la leche y el café. Y todo ésto lo digo porque de siempre para los presidentes y directivos del fútbol, incluso, como digo, para el viandante ha tenido más peso contratar a ex-jugadores como entrenadores para sus equipos sólo por "el nombre que se haya hecho". Tampoco hay que ser un lince para apreciar que en la mayoría de los casos (evidentemente no todos, hay casos muy flagrantes que son excepción) estos ex-jugadores que se convierten en entrenadores desarrollan en su equipo lo que han vivido propiamente como jugador. Basta hacer un recorrido desde algún partido de categorías inferiores hasta alguno de élite para percibirlo. Podemos comprobar cómo algunos "entrenadores" chillan y tratan incorrectamente a los niños pensando que no son como tal sino futbolistas profesionales en miniatura. Por supuesto, con el beneplácito de los padres y entorno directivo con el absurdo argumento de "éste sí que les pone las pilas". Asímismo, también ocurre en el profesionalismo, y son muchos los casos que he podido comprobar y que me hayan contado algún que otro jugador(evidentemente no voy a citar a nadie).
Sólo con la "credibilidad" de haber sido jugador de fútbol y haber empatado en Old Trafford, el Bernabéu o en Maracaná ya te dan el cum laude para dirigir a un grupo de deportistas. El problema surge cuando los jugadores de hoy día, objeto de estos entrenadores, reciben enseñanzas, entrenamiento y métodos del ayer por el sólo motivo de que al entrenador/ex-jugador crea que le fue bien o simplemente es lo que conoce. Así como el dirigente y público de la calle realiza o cree ver una traslación de lo que fue como jugador en cuanto a experiencia y personalidad. Vuelvo a remarcar que existen claras excepciones pero pienso que es un prejuicio alimentado cada día. Siendo así, el fútbol y por ende el aprendizaje del futbolista no vivirá una correlación directa entre el potencial de nuestra materia prima y su desarrollo requerido para los tiempos actuales. Existe algo que se llama reciclaje y formación a los que muchos de estos aspirantes a entrenadores o entrenadores ya autoproclamados son reacios sólo por mezclarse con novatos en el asunto. Conocí en mis años de estudiante a muchos alumnos aventajados pero no por ello (símil con buenos jugadores de fútbol) pero no por ello han de pasar el día siguiente a ser profesor o jefe de un grupo de alumnos (símil con entrenadores) sin correr el trámite de la preparación para ello.

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