Hacer una parrilla sin las molestias (y la contaminación) del camping gas, el carbón o las pastillas de encendido es posible. Con el sol como única fuente de energía, las barbacoas solares pueden hacer las típicas brochetas o chuletas de forma limpia y segura. Diversos modelos, incluidos los artesanales para hacer en casa, suponen una alternativa ecológica a las clásicas barbacoas y pueden ser una propuesta solidaria para preparar alimentos en países pobres y zonas sin energía. Las barbacoas solares suponen varias ventajas para el medio ambiente y los consumidores. En primer lugar, son más ecológicas y sencillas, se ahorran los elementos de las barbacoas convencionales, como la botella de propano, el carbón o las pastillas de encendido, que además son contaminantes. Tampoco emiten dióxido de carbono (CO2), un gas implicado en el cambio climático. Su instalación y transporte es sencillo, y solo hace falta el sol, una fuente de energía limpia, gratuita e inagotable, y realinear el aparato de vez en cuando para aprovechar mejor la luz.
Además, son más seguras y limpias, es decir, al no utilizar elementos combustibles y concentrar los rayos solares en la zona de cocinado, evitan residuos (salvo los propios del alimento) y posibles incendios. Tampoco producen humos ni partículas de combustión y, por ello, se las puede utilizar sin molestar en zonas como terrazas o jardines. Otro de sus atractivos es que pueden ser multifuncionales, además de las típicas brochetas o chuletas, algunos modelos también pueden cocinar todo tipo de alimentos con la ayuda de ollas o sartenes.
Y en cuanto a sus inconvenientes, destacamos, fundamentalmente, que dependen del sol, pueden lograr al instante temperaturas de entre 200º C y 240º C, pero en días nublados cuesta más cocinar con ellas. De noche no sirven, aunque algunos prototipos tratan de solventarlo con sistemas de acumulación térmicos. Además, sus creadores recomiendan utilizar gafas de sol y utensilios negros.
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