domingo, 18 de septiembre de 2011

LOS SUPLENTES EN EL FÚTBOL

La palabra suplente o reserva puede ser el vocablo más cruel que existe en el mundo del fútbol. Es una situación, a veces transitoria, a veces duradera, que mina la paciencia, la confianza y en ocasiones, el talento y la creatividad que ofrecer a este juego por parte del futbolista. Un equipo está compuesto por una plantilla, según los casos, de 22, 23,...jugadores, sólo juegan 11 en cada partido y 16 son los que entran en la lista de convocados, algunos de ellos ni saltan al campo. Hoy día se confeccionan las plantillas para soportar 10 meses de competición; domingos, miércoles,....todos ellos de gran exigencia y los equipos optan por contratar a 2 jugadores por puesto. Según a qué lado del río estés vas a tener una opinión al respecto de lo que quiero expresar. En mi caso, que fui jugador (bueno, a lo mejor me lo tengo que considerar todavía en mi condición de veterano) y desde la posición de entrenador (actualmente me encuentro a la espera de seguir ejerciendo y habiéndolo hecho durante 11 años) puedo decir que es una tarea muy complicada confeccionar un equipo, hacer sentir importante a los menos habituales e inculcar la idea de equipo dentro de la programación de un año completo de convivencia. El entrenador debe hacer suya esta responsabilidad, que no es tener a todos contentos, sino saber otorgar la responsabilidad y el papel adecuado a cada jugador, siendo siempre sensible con los que menos juegan pero también, por supuesto, el futbolista debe ser consecuente con su situación. El jugador debe percibir que si cuenta menos es porque no es suficiente su esfuerzo, su mejora, o su contribución al equipo. Conozco muchos casos y me imagino muchos otros. A veces el futbolista tiene comportamientos infantiles para mandar "mensajitos" o misivas al entrenador (ahora va a notar que no meto el pie, ahora no estoy atento, ahora tengo mala cara....), todo dentro del consabido egoísmo que tiene el jugador respecto al resto del grupo. La controversia surge cuando el futbolista no es autoexigente, es incapaz de autoevaluarse y saber apreciar sus errores, además de querer "intoxicar" al grupo con la intención de hacer general a todo el equipo una situación muy particular y personal. En cualquier caso, como digo, el entrenador debe estar cerca y ser muy claro, además de ofrecer empatía a sus futbolistas y explicarles en todo momento la situación, todo con tal de hacer méritos que le otorguen la valía de tener un buen manejo del grupo. La falta de comunicación siempre irá en contra de sus relaciones personales y en definitiva, será perjuicio para los intereses del equipo. No hace falta ser muy explícito respecto a este asunto pero son clarificadores los affaires Quique-Forlán, Guardiola-Ibrahimovic, Mourinho-Pedro León......en suma, tanto jugadores como entrenador deben remar en la misma dirección, unos ejecutando los planes previstos y otro conduciendo de la mejor manera un grupo de jugadores que han de dar todo el rendimiento posible para la consecución de los objetivos.

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