Estamos en septiembre y el que más y el que menos está reestructurando su alimentación después de un verano de excesos, es posible que esta dieta pueda ser la solución para muchos…La dieta macrobiótica no sólo implica una manera de comer, sino que es un concepto que hace referencia a una filosofía o estilo de vida. Tiene origen japonés, y su nombre significa dieta de vida larga, debido a los beneficios que, se supone, aporta a las personas que la realizan. Es una manera de mejorar nuestra salud a través de los alimentos, y con ello nuestra calidad de vida.
En esta dieta se unen principios básicos de las dietas vegetarianas con otros propios de la filosofía budista, ya que se basa en una serie de alimentos que clasifica en dos tipos, los alimentos Ying y los alimentos Yang. Los alimentos Ying son aquello que restan energía a nuestro cuerpo, y son los que lo pueden perjudicar a más largo plazo. En este grupo encontramos productos como los azúcares, los lácteos, los huevos, las carnes, la miel, las frutas tropicales, las especias, las bebidas alcohólicas, las almejas, todos los alimentos procesados o de procedencia industrial, entre otros.
Mientras que los alimentos considerados Yang son aquellos que dotan al organismo de vitalidad y hacen que nuestra salud sea la correcta. Son alimentos Yang los cereales integrales, las algas, las legumbres, los vegetales y las frutas y verduras elaboradas de forma ecológica sin el uso de pesticidas ni abonos artificiales.
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