OSCAR PISTORIUS, LA FUERZA DE LA VIDA

El sudafricano Oscar Pistorius será el primer atleta discapacitado en competir en un Mundial así también como en una cita histórica como son las Olimpiadas de 2012 en Londres tras lograr la marca mínima en los 400 metros para estar a finales de agosto en Daegu 2011. Se trata de todo un hito del deporte, un hecho que pasará a los anales de la historia como proeza humana y digno de todos los elogios y todos los premios posibles del deporte y la superación personal. No me cansaré de promulgar este tipo de hechos y de encumbrar a este tipo de personas. El atleta, que corre con prótesis de carbono en sus piernas , hizo el martes por la noche en la reunión de Lignano, en Italia, un tiempo de 45,07 segundos, que es además su mejor marca personal. "Esta carrera fue un sueño. El 'See you in Daegu' (Nos vemos en Daegu) suena fantástico", dijo el sudafricano de 24 años. Pistorius logró así una meta perseguida desde hace mucho tiempo. La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) prohibió en un principio al triple campeón paralímpico de Pekín competir en pruebas para no discapacitados. La razón fue que sus prótesis le podían conferir una ventaja. La Corte Arbitral del Deporte (CAS) anuló sin embargo esa decisión en mayo de 2008. No obstante, Pistorius no pudo lograr la clasificación para los Juegos de Pekín 2008 ni para el Mundial de Berlín 2009. "Estoy feliz de haber dejado atrás esas discusiones", dijo el atleta, apodado "Blade Runner" , que en 1986 nació sin la parte inferior de las piernas por un defecto genético.
Tenía 13 meses cuando sus padres, Henke y Sheila, tuvieron que tomar la decisión más dramática de su vida: amputar o no amputar al bebé. Si no lo hacían, la malformación en sus huesos iría degenerando y le crearía serios problemas en la adolescencia. Si se erradicaba el problema de raíz, el niño aprendería a manejarse desde pequeño con prótesis. "Siempre he pensado que la decisión de mis padres fue la adecuada", confiesa Pistorius. Hoy día se trata de toda una realidad del deporte y de la vida. Todos debiéramos aprender y trasladar a nuestras vidas la fuerza humana que se puede llegar a desprender de este tipo de personas que nunca se rinden y nada es obstáculo para alcanzar sus objetivos.