ENTRENAMIENTOS DE FINAL DE TEMPORADA

Llegados a estas fechas de primavera cuando casi ya alcanzamos con la vista el final de temporada, para todos, jugadores y entrenadores, el trabajo en los entrenamientos se hace un poco pesado. Nos cansamos de ver las mismas caras y lo que es peor, si queremos sacar el máximo rendimiento del equipo hemos de hacer cosas distintas. ¿A qué me refiero con cosas distintas?. El jugador es listo e identifica perfectamente cuándo hay desidia por parte del entrenador, cuando ésto se produce, el rendimiento suele bajar. Está comprobado que sea cuál sea nuestra motivación, nuestra clasificación y nuestra dinámica, a estas alturas de la temporada llevamos desde agosto compartiendo semanas y semanas de entrenamiento; partidos y más partidos, por lo que la carga psicológica es muy alta. El futbolista en estos casos necesita un respiro que no es precisamente dejar de entrenar, más cuando en estas fechas se deciden las clasificaciones y los objetivos de principio de temporada. Siendo así, los entrenamientos de preparación deben ser de más corta duración, con otras propuestas en cuanto al requerimiento competitivo (más intensidad en más corto espacio de tiempo y de terreno), entrenamientos con más carga atencional y lúdica. Igualmente, las propuestas deben ir encaminadas a sacar a los futbolistas del hábitat ya creado durante estos meses. Lugares como pabellones, pistas de fútbol sala, indoor, actividades en piscina o spa, intercalados con entrenamientos ricos en todo lo mencionado anteriormente hace más llevadera la posible apatía que pueda aparecer en estas fechas. Permítanme que el contenido de estas sesiones no los desvele y lo guarde para mi como secreto profesional. Yo lo he aplicado en mis equipos y, por suerte, me ha ido bien.