domingo, 20 de febrero de 2011

UN ANTES Y UN DESPUÉS A CHICXULUB

Esta impresionante toma corresponde a una imagen de satélite del Cráter de Chicxulub, ubicado en la península de Yucatán, en México. Con 180 km de diámetro y una profundidad que oscila los 900 metros, es el tercer cráter de impacto más grande de la Tierra, pero irónicamente su tamaño colosal impidió que fuera descubierto hasta 1978, pues uno puede pararse en su centro (en el que se localiza la comunidad rural de Chicxulub, de donde proviene su nombre) y los bordes del agujero quedarán más allá del horizonte. El cráter fue provocado por una masa extraterrestre, ya fuera un cometa, un meteorito o un asteroide, de alrededor de 10 km de diámetro (más grande que el Monte Everest) que cruzó la atmósfera a una velocidad de 54 mil km/h, destrozándose con el golpe y la explosión resultante de casi 200 mil gigatones de energía, o 10 mil millones de veces la potencia de la bomba atómica de Hiroshima. El estallido levantó hasta el espacio una columna gigantesca de polvo y vapor ardientes que convirtieron la atmósfera en un infierno y regresaron a la Tierra en forma de lluvia de ácido sulfúrico. La onda de choque vaporizó al instante todo cuanto había en cientos de kilómetros a la redonda, atravesó el manto terrestre y potenció la actividad volcánica de la zona del Decán, en la India, al otro lado del mundo. Por si fuera poco, megatsunamis de hasta 1 km de altura recorrieron el globo y barrieron la vida que se desarrollaba en las costas. El polvo y la ceniza que se mantuvieron flotando en el aire bloquearon la luz solar durante más de un mes e impidieron la fotosíntesis de la vegetación terrestre y marina, acabando con gran parte de ella y, por ende, con enormes secciones de la cadena alimentaria. La antigüedad de estos apocalípticos acontecimientos se estima en cerca de 65 millones de años. ¿Te suena familiar esta cifra? Es la fecha aproximada de la extinción de los dinosaurios.

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