MIGUEL ÁNGEL, LO EXCELSO DEL ARTE

Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni, más conocido como Miguel Ángel, fue un célebre escultor, pintor y arquitecto italiano, nacido en 1475 y fallecido en Roma un 18 de febrero de 1564 a la edad de ochenta y ocho años. Es conocido como la gran figura, junto con Leonardo Da Vinci, del Renacimiento italiano. Su obra artística dominó el panorama creativo del siglo XVI y su figura ha sido denominada como terribilità, sólo atribuida a los grandes genios. Durante toda su carrera Miguel Ángel cultivó por igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con resultados extraordinarios en cada una de estas facetas artísticas. Vivía a camino entre Florencia y Roma, donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médicis de Florencia, y los diferentes papas romanos. [ Entrando ya de lleno en su obra, resulta difícil abarcarla en su totalidad, aunque sí nos gustaría destacar algunas que nos parecen indispensables. Relacionado con la escultura, destacamos la Piedad de San Pedro, una escultura de gran belleza y de un acabado impecable que refleja su maestría técnica. También el David, joven desnudo de cuatro metros de altura que representa la belleza perfecta y sintetiza los valores del humanismo renacentista. Sin olvidar, el Moisés, que forma parte de la tumba del papa Julio II y es una escultura de gran expresividad. En el campo de la pintura, si algo tenemos que resaltar es la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina en el Vaticano. En esta bóveda pintó episodios del Génesis, está plagada de profetas, sibilas y jóvenes desnudos, en un todo unitario dominado por dos cualidades esenciales: belleza física y energía dinámica. Y en el terreno de la arquitectura, se encargó de la Biblioteca Laurenciana y la capilla Medicea o Sacristía Nueva en Florencia, y diseñó la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, entre otros trabajos. Toda una vida consagrada al arte, aunque a decir verdad la escultura era su gran pasión. Os animo a que investiguéis por vuestra cuenta y observad toda la obra de este formidable autor… Sin duda alguna, merece la pena: un encuentro privado entre el autor, la obra y lo que provoca en vuestro interior.