jueves, 24 de febrero de 2011

LA SIESTA

Los ingredientes son sencillos: almuerzo, sofá y lenta caída de párpados… ¿quién se puede resistir a ese sueño reparador después de la comida?…LA SIESTA, una práctica muy tradicional en España y que muchos países la han “acogido” de sumo grado. De sus beneficios y algunos consejos para llevarla en práctica:
Irresistible e inevitable para muchos, la “cabezadita” después de comer, demostrado por diversos estudios científicos, lejos de reducir nuestra productividad, aumenta el rendimiento tanto laboral como intelectual y beneficia el estado de ánimo de quien la disfruta, descargamos nuestra mente y reducimos la ansiedad acumulada durante el día. En los más pequeños de la casa es un hábito aún más beneficioso: favorece la capacidad de aprendizaje y reduce la hiperactividad y ansiedad de los niños. Ahora bien, la clave está en la duración de la siesta y en este sentido, la mayoría de investigaciones coinciden en señalar en un máximo de treinta minutos. Exceder ese límite puede producir el efecto contrario al que queremos, e incluso ocasionar consecuencias poco saludables para el organismo. Sus efectos positivos también son detectables en nuestro aspecto exterior. Media horita de siesta ayuda a prevenir el envejecimiento celular, ya que tiene un efecto reparador combatiendo los radicales libres (responsables, por ejemplo, del envejecimiento celular). También nos ayuda a mantener nuestra piel sana y luminosa, además de acelerar el proceso de regeneración de las células y mantenerla fresca y tersa. Treinta minutos de sueño después de comer y tendremos las pilas cargadas para hacer multitud de actividades por la tarde.

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