Tardaremos en olvidar lo de ayer. Éste es el deporte, hay que estar preparado para las victorias y las derrotas, no darles excesiva repercusión ni a las alegrías ni a las decepciones ayuda a que todo sea más cotidiano y normal. Cuando todos nos la prometíamos felices para que nuestro Alonso se convirtiera en tricampeón del mundo, un error estratégico en la elección del momento del cambio de neumáticos de la escudería del cavallino rampante provocó que Alonso se quedara retrasado y no pudiera alzarse con el puesto que nos llevaría hasta la consecución del Campeonato del Mundo. Una lástima pero hay que felicitar a Vettel y a Red Bull porque es digno de justicia reconocer que ha ganado el mejor coche y el más regular durante todo el Campeonato. A veces, y cegados por el momento que vivimos, olvidamos que los Campeonatos se ganan por regularidad y no por acciones puntuales. En este sentido, Ferrari deberá trabajar duro para pujar por un coche mejor y no dejarlo todo a la inspiración del mejor piloto del mundo. Ánimo Alonso, la perseverencia y el trabajo duro siempre da sus frutos.
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