Este penúltimo día de octubre un nombre resuena con especial fuerza en el panorama cultural de nuestro país. El 30 de octubre tiene lugar el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, reconocido poeta y triste víctima de la Guerra Civil, que nos dejó a una edad muy joven, pero que demostraba gran madurez y belleza en cada uno de sus versos. Miguel Hernández (Orihuela 1910 – Alicante 1942) fue un reconocido poeta y dramaturgo español, siendo el amor, la muerte, la guerra y las injusticias los temas principales de su poética, temas que conoció y experimentó con gran intensidad. Si hay un hecho importante que marque un antes y un después en su vida es sin dudad la Guerra Civil Española. Luchó en el bando republicano, siendo capturado y condenado por la fuerza opuesta triunfante en dicha guerra. La condena fue terrible: pena de muerte. Sin embargo, se originó una oleada de protestas que provocó que la condena fuera finalmente cadena perpetua. En la cárcel vivió en condiciones muy miserables, padeciendo numerosas enfermedades. Murió en la cárcel a los 31 años de edad. De su obra podemos destacar títulos como el inicial Perito en Lunas (1933), El rayo que no cesa (1936) y su última obra, escrita desde la cárcel dedicada a su esposa, Cancionero y romancero de ausencias (1938 – 1941). Mención aparte poemas como Aceituneros (dedicado a Jaén), Nanas de la cebolla o la Elegía dedicada a su gran amigo Ramón Sijé.
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