En el albergue Txurruka de Orio (Guipúzcoa), donde 40 niños de entre nueve y 11 años disfrutaban el pasado 11 de julio de unas colonias en euskara organizadas por la Diputación de Guipúzcoa, el Mundial de Sudáfrica lo ganó la selección de Holanda y el gol de la victoria lo marcó Robben, no Iniesta. Fue la realidad paralela que improvisaron los monitores del campamento tras negar a varios chavales que suspiraban por ver la final seguirla en televisión. Los episodios registrados en varias colonias dependientes de la Generalitat catalana se calcaron en Euskadi.
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