miércoles, 2 de mayo de 2018

SUPERLATIVIZADOR DEL FÚTBOL SENCILLO

Cuando un jugador es aclamado y respetado en todos los campos por donde pasa es elemento significativo de la estela de leyenda que lo envuelve. Seguramente no podría aportar ningún calificativo que ya nadie conozca, tenga latente ni haya mencionado estos días.
Aunque no supone su retirada del fútbol, ha anunciado que se marcha del Barça y por ende, de la alta competición. Quizás su destino esté, según hablan, en China o EEUU, en cualquier caso, perdemos a un excelso y particular jugador de fútbol.
En su día, mencioné de Pirlo, en su marcha del fútbol, que se nos iba un "simplicador" del juego del fútbol. En el caso de Iniesta, su interpretación de este juego se "superlativiza" hasta un grado extremo de sencillez. Pasará a la historia además de por ser un jugador "amapola" entre tanto "trigo" de futbolistas vanagloriados por peinados, tatuajes o derroche mediático, por haber sido un jugador genuino, alguien que con su participación en el juego lo cambiaba todo.
Su fútbol era académico mientras su ejecución fluía tan simple como creativa; se movía por multitud de espacios para oxigenar el juego; desatascaba marañas defensivas reteniendo unos segundos el balón atrayendo rivales en lugares inteligentemente concretos mientras sus compañeros tiraban desmarques de ruptura u ocupaban otros espacios. Nunca olvidaré su forma de asociarse en paredes o pases cortos inverosímiles en zonas superpobladas. Y aunque nunca se le otorgase el Balón de Oro (me he manifestado en reiteradas ocasiones que este premio, a mi modo de ver, carece de credibilidad mientras no sea un comité de expertos quienes lo diriman con ítems concretos y sí otros entes como capitanes, seleccionadores o periodistas, perfectamente manipulables), quizás no lo necesite, incluso aunque obviaran que fuera determinante para ganar un Mundial, como para pasar a la historia por ser un jugador que habrá entendido el juego. 
Cientos de jugadores juegan al fútbol pero no lo entienden. Corren, participan, luchan, se mueven, atacan, defienden... pero nadie les explica el porqué de todo lo que hacen.
A jugadores que aportan cosas diferentes al fútbol a lo largo de sus carreras son a los que hay que darles los reconocimientos de prestigio al igual que ocurre en otros premios como el Nobel, Príncipe de Asturias...
Iniesta ya es patrimonio del fútbol que recuerda la gente por siempre.

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