domingo, 8 de diciembre de 2013

EL MAYOR REGALO DE LA VIDA


Puedo decir con toda la rotundidad posible que se trata de lo mejor que me ha pasado, y quizás que me pueda llegar a pasar, sin duda, en la vida.
Seguro que muchas personas puedan pensar que incluso me quedo corto en esta afirmación.
El pasado sábado 30 de noviembre a las 19'40 h. asomó con dos grandes ojazos abiertos al mundo Sofía, con un peso de 3'262 kg y 50 cm de estatura. Fui testigo directo de ese momento y jamás se me olvidará verla aparecer, que le cortaran el cordón umbilical y me la plantaran en mi pecho, su olor.....sensaciones que jamás desaparecerán de mi retina.
No ha sido un parto fácil, más bien ha costado alguna lágrima de preocupación, sufrimiento e incertidumbre, todo ello olvidado por final tan felicísimo.
De mi mujer, su madre, no puedo sino rendirme ante su fortaleza y su entereza por sobreponerse a la dureza de un preparto tortuoso y mostrar una fuerza inhumana en un momento único como el del parto.
Después de una semana de vida de Sofía puedo decir que no puedo vivir sin ella, me imagino que como cualquier padre, y cuando tengo que salir de casa por mis obligaciones deportivas, no hay minuto que no la tenga presente. Es mi locura, mi desvivir y, desde el día que nació, mi razón de vivir.
Sofía ha sido el mayor regalo de mi vida.
Pido disculpas por no haber podido atender al teléfono a cuanta gente me ha llamado para interesarse, dejado mensajes de felicitación en redes sociales; decirles que en cuanto me estabilice de este estrés de mi nueva vida responderé un@ a un@ y devolverles así el cariño demostrado.

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